La hora del cuento
es un momento mágico que puede surgir tanto en el ámbito escolar como en el
hogar, puede surgir de forma totalmente inesperada y es un momento crucial
donde los niños disfrutan de la lectura a través de la escucha activa de
cuentos o historias.
Existe una gran
diferencia entre leer un cuento y narrarlo, es por eso que en esta unidad hemos
aprendido tres tipos de transmisiones literarias que el día de mañana
utilizaremos en el aula con nuestros alumnos.
-Narración, puede ser de un cuento o de
un libro; consiste en contar el cuento con nuestras palabras, apoyándonos y
ayudándonos de soportes visuales como dibujos o ilustraciones. Con esta
estrategia se favorece la secuenciación de imágenes y el razonamiento icónico.
Además el concepto causa-consecuencia, los niños lo adquieren con los cuentos
narrados. Una de las ventajas que tiene esta estrategia, es que podemos
interactuar con los niños mientras que contamos la historia.
-Cuentacuentos, puede ser la estrategia
más conocida en el mundo de la transmisión literaria. Al no mostrar ningún tipo
de imágenes o ilustraciones, hacemos que el niño desarrolle su creatividad e
imaginación a medida que vamos contando la historia. Esta estrategia consiste
en (como bien dice su nombre), contar un cuento. Es por eso que la literatura
folclórica es la que más acorde va con esta estrategia, ya que son para contar
y hasta en muchos casos cantar. Será la propia maestra la que regule la
historia, o bien porque los niños no presten atención o porque se les esté haciendo
muy largo o simplemente porque usan un lenguaje de difícil compresión. Al igual
que en la estrategia anterior, en esta también podemos interactuar con los
niños a medida que contamos el cuento.
-Lectura, favorece un modelo de lectura
adulto, y este debe de ser lo más fiel al texto. No debemos ni interaccionar
con los niños ni cambiar la voz en mitad de la lectura, a diferencia de las
otras dos estrategias. Así pues, la interacción se debe dar al final del cuento
por medio de preguntas y el diálogo.
El cuentacuentos a
día de hoy sigue siendo el medio más directo
para aproximar el niño a la lectura. Una de las muchas ventajas que
encontramos a transmitirlo de forma oral, es que permitimos a través de la narración libre que el niño
desarrolle su originalidad y cree un mundo paralelos, inventándose a los
personajes o el lugar donde se desarrolla toda la historia.
El pasado Jueves 25
de Abril, en la clase de Literatura realizamos un taller de cuentacuentos. Este
taller consistía en dividirnos en grupos de tres, a cada uno se nos ejercía un
papel: lectura con libro, narración con cuento y cuentacuentos. Así
posteriormente íbamos rotando de grupos con el fin de contar nuestro cuento a
distintas personas.
En mi caso, escogí
la estrategia de narración con libro, ya que la veía la más complicada de
realizar, al tener que recordar la historia y narrarla con mis propias
palabras; por lo que yo escogí esta estrategia con el fin de poder practicarla.
El cuento que
escogí para ese trabajo fue el de Mateo (mismo cuento que el del trabajo 1), ya
que me parece un cuento distinto, desde la historia o la forma de narrar la
autora los acontecimientos, hasta las ilustraciones que tiene. Lo considero un
muy buen cuento con el que empezar a desenvolverme, y ya que tenía familiaridad
con él por el trabajo anterior, me pareció una buena oportunidad. También
considero como punto clave, que la importancia de la estrategia de narración
con libro, es un buen libro con dibujos, y en mi caso el libro en general era
muy visual y expresivo.
He escogido este
cuento para niños de 5 años ya que es la edad en la que los niños han podido
experimentar el perderse en algún momento y han podido sentirse como Mateo en
algún determinado momento; no hablo del hecho de estar tranquilos (como Mateo)
en el momento de estar perdidos, sino el hecho de realizar muchas acciones como
gritar o hacer llamar la atención de cualquier persona con el fin de buscar
ayuda. También, aunque los niños de cinco años ya tienen menos apego a sus
madres, siguen en un momento crítico de su desarrollo en la que la figura de
mamá es esencial, por lo que gracias a la historia de Mateo los niños tendrán
mucha facilidad de sentirse identificado con el protagonista por el apego que
tiene con su mamá.
La preparación del cuento
consistió en su lectura (con una vez para refrescar la memoria bastó) y
posteriormente fue la repetición de la historia en voz alta varias veces; al
principió probé con contar la historia en primera persona (como si yo fuer
Mateo), no obstante, me di cuenta de que no lo hacía con soltura y me costaba
mucho arrancar por lo que opté a contarlo en tercera persona. Me dejaba llevar
por las ilustraciones y contaba la historia con mayor fluidez. En los momentos
de sonidos o cuando hablaban los personajes opté finalmente por cambiar la voz,
ya que consideré que era una buena forma de contárselo a los niños. Finalmente
se lo conté a mi hermana pequeña, que aunque tiene 12 años es lo más cercano
que tengo de una persona de corta edad y me dio algunos consejos como: ‘En esta parte no des tantos detalles porque
aburre un poco, cuéntalo más rápido’.
A la hora de
realizar la exposición la primera vez en clase, honestamente fue un poco caos,
a diferencia de cuando lo realicé en casa, en el aula no estaba centrada y me
costó mucho seguir el propio hilo de la historia al principio; sin embargo,
finalmente logré relajarme más y contar la historia de forma más calmada y más
parecido a cómo lo estaba haciendo el día anterior. Aunque (honestamente) no
fue mi mejor vez, mis compañeros me dijeron que lo había realizado con mucha
soltura y naturalidad, me comentaron que en momentos donde el personaje habla
le dedicara un poco más de tiempo tanto a la narración como a la visualización
de las ilustraciones.
La segunda vez que
lo conté ya fue diferente, más relajado y ya no se me olvidaban partes de la
historia que la vez anterior si. A medida que lo iba contando me solté más y
sorprendentemente no me dio vergüenza el hecho de contárselo a personas que no
conocía, fui adquiriendo seguridad. Mis compañeros no me comentaron nada
negativo a cerca de mi narración, simplemente comentaron que los dibujos no los
veían muy acertados para niños de Infantil.
La tercera y última
vez, decidí contar la historia más calmada y personalmente creo que fue la
mejor vez, ya que me di cuenta de que las veces anteriores parecía que ‘corría’
por acabar, a diferencia de esta vez que fue más tranquilo y hasta yo lo disfruté
más. En esta ronda mis compañeros no me
dijeron nada negativo, recalcaron que les gustó mucho la forma tan calmada en
que lo contaba y cómo al saberme la historia muchas veces me anticipaba a la
imagen, eso les permitía poder escuchar bien la historia y a la vez poder
centrarse en las imágenes ya que siempre dejaba unos segundos antes de seguir
con la historia.
Tuve la
oportunidad, gracias a mis compañeros, de conocer cuentos tan bonitos como: ‘E punto’, ‘ La princesa y el guisante’, ‘El
zar’, ‘Feliz cumpleaños Vivi’ o ‘Donde viven los monstruos’.
Como he mencionado
al principio, esta actividad me parece esencial y muy importante para mi futuro
como docente; ya que semanalmente tendré que dedicar un tiempo para la lectura
en mi aula. Gracias a esta actividad no solo me han evaluado sino que me he autoevaluado
como futura narradora, he descubierto los puntos a destacar a la hora de contar
a alguien un cuento: la tonalidad, la intensidad que tengo que dar a ciertas
frases o palabras, la duración de un cuento… También creo que ningún grupo de
niños será igual que otro, por lo tanto tendré que ir adaptando mi forma de
contar un cuento en función del grupo y los diferentes perfiles de niños.
Aunque no haya tenido la oportunidad de trabajar a nivel personal las otras dos
estrategias, las considero muy importantes también cuando se quiera leer o contar
un cuento, ya que cada una exige un modelo distinto de contarlo.
Considero este los
temas tratados en este bloque como puntos clave en el mundo de la literatura,
ya que he logrado definir y diferenciar las tres estrategias básicas de
transmisión oral de la literatura. También me gustaría añadir que gracias a
esta actividad ya soy capaz de escoger y seleccionar un cuento en función de si
lo vamos a leer o a contar, por ejemplo: si el libro cuenta con ilustraciones
muy grandes y llamativas, siempre usaremos la estrategia de la narración;
mientras que si lo que queremos potenciar es su creatividad usaremos la técnica
del cuentacuentos. Si encontramos un libro, donde la historia sea clara y el
lenguaje comprensible en función de la edad que hayamos seleccionado,
indudablemente usaremos la estrategia de la lectura. También a los niños de
edades más pequeñas que estén en el primer ciclo de Infantil, es innegable que
tendremos que usar con ellos las técnicas de cuentacuentos o la narración, ya
que la lectura todavía tardarán un poco más en poder seguirla.
Como ya he
mencionado, creo que este taller ha sido esencial para poder ser capaz de dar
un paso más a la hora de introducirme en el mundo literario, ya no solo a la hora
de seleccionar un cuento o tipo de estrategia, sino a la hora de saber
expresarme, gesticular, y perder la vergüenza. Mis compañeros me han aportado
cosas y creo firmemente que yo a ellos también, es por eso que considero que
los talleres son la mejor forma de trabajar estos temas porque realmente a la
hora de ponerlo en práctica, comprendes y entiendes el tema.
Y no
debemos de olvidar, los adultos somos los que tenemos que iniciar a la lectura
a los más pequeños, del mismo modo que también fomentarles día a día el gusto
por la lectura y la escucha activa en de cuentos e historias. Debemos ayudar
también a los niños a descubrir el placer de escuchar cuentos.
La actividad está perfecta y, de la entrada, solo has olvidado las referencias.
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